México
y la cultura del Futbol.
En
lo más álgido de las presiones sociales, económicas, políticas y de inseguridad
que se vive en México, su cultura por el futbol alivia las penas, de quienes se
ven imposibilitados para actuar en contra de un dañado sistema, que impávido
solo observa, como sus ciudadanos sufren, se quejan y olvidan.
El
futbol es un auténtico salvavidas para varios pueblos, sobretodo de América y
del tercer mundo, ya que por horas e incluso días, encuentran en este deporte,
la temporal solución a sus problemas.
La
tarde con los amigos y familiares, se hace más amena para quienes opinan, a
favor o en contra de los héroes y villanos que cada fin de semana, llevan a
cabo el mejor de sus partidos y todos celebramos la victoria y unos días
después, nos llevan a recordar la verdadera posición que tiene nuestro deporte
nacional, al observar cómo se pierde ante rivales que podría decirse, son un
pase en automático, debido a la fuerza y poderío del gigante de la CONCACAF.
En
el ámbito nacional, la pelea entre estados de la república, cada quien con su
respectivo club, a la caza de más seguidores, para consagrarse como el equipo
de moda o mantener el estatus del gran club, no paran de llevarnos en ese sube
y baja de emociones, en donde a veces se gana y a veces se pierde pero que
desconecta la realidad por momentos, en los que en familia se convive, aun con
las carencias que pudiera haber, total el lunes será otro día.
En
México, la inmensa mayoría del pueblo, tiene en el futbol, una gran pasión, un
gran sueño, una gran esperanza y un gran amor, cada día se convierte en un
deporte de elite y menos en un deporte al cual el chico de barrio tendrá
acceso, las escuelas de futbol son muy caras en nuestro país, cada vez hay
menos cazatalentos en las calles y la preparación para llegar a ocupar un
puesto, es muy larga.
Las
cifras delincuenciales y económicas, son borradas por una tabla de posiciones,
que mantiene viva la alegría, por ver al club de nuestros amores, avanzar en la
clasificación.
Las
fotos indignantes de los políticos robando al despoblado, de los delincuentes
haciendo de las suyas con total impunidad y de los crímenes en contra de la
población, son eliminados de nuestra mente, como un mecanismo de defensa para
no afligirnos y sentirnos desamparados, y ese hueco es rellenado por la gran
jugada del gol o la espectacular atajada del portero y porque no, por la
morbosa imagen de la artera falta, cometida en contra el crack de nuestro
equipo.
Así
pues, el pueblo es un ente adormilado por una subcultura, que hoy en día
predomina en el diario acontecer de nuestras vidas, no hay que confiarse de
este gigante porque un día podría despertar, para entonces la vida encontrará
una y mil formas más, de apaciguar su ira, mientras tanto, bendito futbol que
mantienes alto el nivel de felicidad del pueblo.
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